Sabes que las cosas no pueden ir a peor si una escapada nocturna acaba contigo encerrado en el piso de una bruja. Y te das cuenta de lo equivocado que estabas y de que todo puede empeorar cuando te despiertas y ves que, lo que creías haber soñado, no era, ni de lejos, una pesadilla.
Y ahí está Alex, atrapado en casa de una bruja, de las malas, maldiciendo el momento en que le pareció buena idea entrar en el piso de una desconocida a ver una peli de miedo. Porque si algo le han enseñado esas películas es que cuando una historia empieza así, seguro que acaba mal
Pero la suerte de Alex cambia cuando descubre que a la bruja Natacha le encantan las historias de miedo, como a él. Ahora tiene que entretenerla con ellas porque, a más tiempo permanezca con vida, más posibilidades tendrá de escapar