Aylan sigue viviendo por y para el fútbol. A mediados de los noventa, el balón toma el relevo de los cromos y le concede su primer gran deseo: formar parte del equipo de Buonconvento.
Sin embargo, este optimista porvenir vital colisiona violentamente contra un muro del pasado: el forzado retorno a Pitigliano junto a su madre.
Los altibajos con su progenitora, el cuidado de su hermana pequeña y un frondoso laberinto de mentiras conducirá al pequeño Aylan a un callejón sin aparente salida.
¿Conseguirá Valentia reconducir el futuro de nuestro pequeño protagonista?