Este libro en prosa es el primer testimonio literario de Lorca fruto de sus viajes, siendo aún estudiante, en el que se revela su sensibilidad artística y su capacidad para combinar lo visual y lo poético.
	
	Los parajes y ciudades que Lorca recorre en estas crónicas, son espejos que proyectan su imaginación y tensión vital. Los ecos románticos y modernistas son el preludio de su obra.