?Muchas de las conductas que llevan a cabo nuestros menores, a edades cada vez más tempranas, no son bromas, sino delitos y, en ocasiones, de extrema gravedad.
¿Qué sucede cuando un menor no sabe (y tampoco sus padres) que está siendo víctima de un delito? Al desconocer que la ley lo protege, no acude a denunciarlo y, por ello, se encuentra doblemente indefenso.
¿Y desde el punto de vista de quien delinque? Si ignora que su conducta está tipificada y, por tanto, sancionada, no va a cambiar su comportamiento. ¿Somos conscientes los padres de nuestra responsabilidad si los hijos incurren en esas conductas?
A lo largo del libro se analizan, de una manera muy didáctica y desde una perspectiva legal y criminológica, los delitos de los que nuestros menores son protagonistas, porque los sufren o porque los cometen: grooming, sextorsión, bullying, pornovenganza, acoso, odio, agresión sexual?
Para prevenir es fundamental educar en la responsabilidad y fomentar la importancia de conocer de la ley, siendo conscientes de que nuestros hijos pueden ser víctimas, pero también verdugos.
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