En esta época de descreimiento, nihilismo y postmodernidad, Arte de vivir en el mundo del cubano Ventura Pascual Ferrer, es un recetario indispensable para alcanzar «la perfección de las operaciones del hombre en comunidad». La obra está dirigida a moldear la sociedad y educarla en el profundo respeto al prójimo, haciendo posible la victoria de «los principios de la razón social sobre los impulsos desordenados de la naturaleza». Respetar, empatizar, vivir bien, educada y adecuadamente como principios rectores de una convivencia arreglada en torno a una norma social compartida y tutelada por un principio básico: «La libertad de nuestras acciones exteriores y de nuestras palabras debe cesar desde el punto en que un individuo llega a notar que principia a privarse de la estimación y del afecto de los otros». El proverbio de Horacio con que Ferrer abre su escrito: «Debes considerar las costumbres de la época», hacen esta obra más necesaria y presente que nunca 185 años después de la publicación.
«Un maravilloso retrato naturalista de la sociedad hispana de la época: para Ferrer, un ejercicio didáctico y para nosotros una fuente primaria fundamental para entender cómo deberíamos comportarnos hoy en sociedad». Sergio Guerra, Universidad de La Habana
185 años después de su publicación, Arte de vivir en el mundo, es un recetario imprescindible para la convivencia y coexistencia social.
Ventura Pascual Ferrer. Don BuenaVentura Pascual Ferrer y Feruz (alias El anciano habanero, alias El asesor del tribunal, alias El tío Tabares, alias Bernardo Philolethes, alias El Bachiller Blictiri, alias El Censor Mensual, alias Un Viajero Universal) nació en La Habana en 1772 y falleció en la cubanísima capital el 22 de julio de 1851. Fue iluminado y revolucionario; periodista sarcástico, satírico y soflámico; antirrealista y realista; hombre de letras y de ciencias; poeta y arbitrista; sereno y bilioso, viajero impenitente, culto, abrumador, descarado, bibliófilo, la salsa de todos los conflictos y el redentor de un gracejo literario, siempre, siempre, construido con pulcritud, rigor y con la implacabilidad de un inquisidor de las letras y de las buenas costumbres. Nieto de los marqueses de Villalta, recibió el hábito de la orden de Montesa donde se hace constar su expediente de limpieza de sangre junto al de sus padres habaneros, Antonio Carlos Ferrer y Francisca Fernanda de Herrera y abuelos de Cádiz, La Habana y Cartagena de Indias: sus ancestros regaron América y España y su vida entrelazó dos continentes y dos épocas. Fue ministro honorario del Tribunal Mayor de Cuentas de Madrid, efectivo de Real Hacienda, Contador de Ejército de Cartagena de Indias y Contador jubilado de Rentas Terrestres de La Habana. Pero, sobre todo, fue fiel a su nombre y a su destino: Ventura venturoso por ventura.
Justo Cuño Bonito (1970). Ha publicado varios trabajos en libros y revistas nacionales e internacionales con respecto al proceso de dominación colonial de la monarquía hispana en América y los procesos de independencia americanos. Recientemente publicó El arte de sobrevivir en el mundo. Don (Buena) Ventura Pascual Ferrer, un cubano de ida y vuelta entre revoluciones (1772-1851) (2024), donde investigó la trayectoria social, política y cultural del autor de Arte de vivir en el mundo. Otras investigaciones del mismo autor: Ayacucho: La última batalla de la independencia americana, El Retorno del Rey. El restablecimiento del Régimen Colonial en Cartagena De Indias 1815-1821, Palabras para el intendente: un libro-homenaje al historiador Juan Andreo García, Historia agraria y políticas agrarias en España y América Latina desde el siglo XIX hasta nuestros días, Vientos de Guerra. Apogeo y crisis de la Real Armada 1750-1823, «Junín y Ayacucho Fake News: La Prensa Ibérica contra la Realidad (1824-1825)», o «La construcción política de una compleja realidad social: Conflictos, negociaciones y acuerdos en la base del primer constitucionalismo americano, 1811-1815».