El decamerón negro está maravillosamente escrito. Su escritura produce en quien se acerque a ella benéficos espasmos de placer. Frobenius escuchó de labios de los bardos de los Sahel -el pueblo que habita la región homónima, ente el Sáhara y la gran selva del Níger-, y de los muchos otros pueblos del África central, infinidad de historias, las anotó escrupulosamente y las volvió a contar sin quitarles un ápice de su encanto inicial.
Repartido en dos áreas temáticas, la caballería y el amor por una parte, y los cuentos y fábulas populares por otra, El decamerón negro es uno de esos libros cuya lectura es una fiesta que anula el tiempo, una pasmosa fiesta de no-cumpleaños, a la que están invitados todos ustedes.
