Hacia el año 2015 en los principales rotativos del mundo aparece una noticia que hizo temblar al Vaticano y por ende a todas las creencias derivadas del cristianismo, y no con menos sorpresa la recibieron los israelíes. Se iba a hacer pública la traducción de unos papiros que habían sido hallados en un lugar indeterminado, con el sorprendente título de El evangelio de Judas. El evangelio de Judas, como otros "evangelios" de los llamados gnósticos, o apócrifos, estaban ya en boca y eran celebrados por los seguidores del sincretismo, gnosticismo y los masones. De hecho, ya había publicados escritos bajo el sugerente nombre de Biblia apócrifa, donde se hablaba de todos estos escritos. El Vaticano encarga a sus servicios secretos la localización y destrucción de estos manuscritos antes de que se hagan públicos. La misma misión es encargada al Mossad de Israel, por su gobierno y el Rabinato. Una serie de rocambolescas carambolas han hecho llegar los restos muy mutilados de unos papiros escondidos en el siglo II en una cueva en el desierto de Egipto, a través de Leonardo Da Vinci, Benjamín Franklin, -BF- y algunas
