La Mariposa Blanca es una encantadora leyenda japonesa que habla sobre el amor eterno. En esta historia, el amor no tiene tiempo: es infinito y siempre permanece. No muere, sino que perdura para siempre.
En el mundo oriental, las mariposas blancas son símbolos de la pureza de un alma libre y de la presencia de un ser querido que ya no está. También representan el renacer y el cambio. Se dice que, cuando una mariposa blanca aparece, trae consigo una buena noticia llena de esperanza.