Cuando Luna intenta ir al baño solita, empieza a sentir miedo. No sabe dónde irá su caca cuando se vaya por el váter. Tampoco nadie le ha dicho si duele hacer caca en el baño, y no en el pañal, y ni hablar de si la caca está dura o huele mal
Luna piensa que es muy difícil esto de hacerse mayor y dejar el pañal
Este cuento nace de la necesidad que se nos plantea a las madres y a los padres, cuando tenemos que dar ese salto tan enorme del pañal al baño. Y si es una experiencia, cuanto menos peliaguda, para nosotros como madres y padres, imaginaos lo que supone para nuestros hijos e hijas. Ellos y ellas se enfrentan como niños a uno de los momentos más difíciles de su infancia, ya que interpretan este proceso como el paso definitivo de bebé a niño grande. Para ellos y ellas, se rompe un vínculo, una dependencia que los unía a nosotros y les hacía necesitarnos, y a nosotros atenderlos sin demora. Por eso, tanto los peques como nosotros, necesitamos sentirnos acompañados en este proceso.
Esperamos que con nuestros amiguitos, los scabellum, os sea más fácil recorrer este nuevo camino, en esta aventura tan chula que es criar a un pequeño ser humano.
